lunes, 22 de junio de 2009

LIBERALISMO.

El liberalismo es un sistema filosófico, económico y de acción política, que promueve las libertades civiles y el máximo límite al poder coactivo de los gobiernos sobre las personas; se opone a cualquier forma de despotismo y es la doctrina en la que se fundamentan el gobierno representativo y la democracia parlamentaria.
Liberalismo social, económico y político
Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en Málaga en 1831. Este grupo de liberales españoles intentó sin éxito acabar con la política absolutista de Fernando VII. Óleo de Antonio Gisbert Pérez (1834-1901).El liberalismo social defiende la no intromisión del Estado o de los colectivos en la conducta privada de los ciudadanos y en sus relaciones sociales no-mercantiles, admitiendo grandes cotas de libertad de expresión y religiosa, los diferentes tipos de relaciones sociales consentidas, morales,
Esta no intromisión permitiría la legalización del consumo y tráfico de drogas, de la prostitución, la libertad de paso, la no regulación del matrimonio por parte del Estado (es decir, éste se reduciría a un contrato privado como otro cualquiera, pudiendo ser, por tanto, contratado por cualquier tipo de pareja), la privatización de la enseñanza o su liberalización (por medio de métodos como el cheque bebé), etc.

Por supuesto, en el liberalismo hay multitud de corrientes que defienden con mayor o menor entusiasmo diferentes propuestas.

El liberalismo económico defiende la no intromisión del Estado en las relaciones mercantiles entre los ciudadanos (reduciendo los impuestos a su mínima expresión y eliminando cualquier regulación sobre comercio, producción, etc.), sin dejar de lado la protección a «débiles» (subsidios de desempleo, pensiones públicas, beneficencia pública) o «fuertes» (aranceles, subsidios a la producción, etc.). La impopularidad de reducir a veces la protección de los más desfavorecidos lleva a los liberales a alegar que resulta perjudicial también para ellos, porque entorpece el crecimiento, y reduce las oportunidades de ascenso y el estímulo a los emprendedores.

El liberalismo político inspiró la organización del Estado de Derecho durante el siglo XIX e inspira, hoy en día, todas las medidas que pretenden reducir el papel del Estado en la vida social o económica de los individuos. Reducir el número de funcionarios o las trabas burocráticas se encuentran entre ellas.

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